SOS: DIETAS MILAGRO. EXPEDIENTE DE ALTO RIESGO.
Como cada año,
con la llegada del verano comienza la temida operación bikini y con ella, resurgen
a escena las famosas “dietas milagro”.
Durante estas fechas muchas personas preocupadas y sensibilizadas con su imagen corporal, influenciadas por la
presión del factor social recurren estas
dietas milagrosas. Todas ellas aseguran ser la panacea y prometen garantizarnos una pérdida de peso sin
apenas esfuerzo, pero la realidad es
bien distinta, tan sólo buscan obtener beneficio
económico a costa de poner en severo riesgo
nuestra salud.
La mayoría de
personas arrastran malos hábitos
alimentarios a lo largo de todo el año y no es hasta llegados a este
periodo del año cuando deciden someterse a la última dieta de moda para lograr reducir esos kilos de más que estilizarán
su figura.
Inicialmente
someterse a una dieta no debería acarrear ningún problema sobre nuestra salud. Sin
embargo, se tratan de dietas sin ningún
tipo de fundamento y que carecen de
rigor científico o base que las sustentante, alejadas de cualquier lógica
que tan sólo buscan atraernos con falsos e ilógicos principios.
En caso de que
lleguen a ser efectivas, podrán hacernos bajar de peso pero, ¿A qué precio? La respuesta resulta
bien sencilla. Hay que estar dispuesto a poner en un severo riesgo la salud.
Generalmente la
pérdida suele tratarse de agua y músculo, no de grasa corporal. En su mayoría son
dietas excluyentes en macronutrientes
y desequilibradas, carecientes de
cualquier estructura o pauta correcta de alimentación, que están prescritas por
personas no profesionales ajenas al
campo de la salud y de la nutrición.
Todas ellas
comparten algo en común, generar consecuencias
perjudiciales para el organismo,
además de no sólo continuar sin corrigen los malos hábitos alimenticios, sino que los empeoran, haciendo que desarrollemos situaciones carenciales como anemia, alteraciones metabólicas severas, afectación del rendimiento físico y lucidez mental, generando sobrecarga
hepática y renal o provocando cambios de nuestro estado de ánimo, pudiendo llegar
a ocasionar depresión, cansancio o
apatía volviéndonos irascibles e irritables.
Otro factor a tener en cuenta será el
indeseado e ineludible efecto “yo-yo”,
es decir, la recuperación inmediata e
incrementada de peso que
acontecerá una vez sea abandonada la
dieta.
En definitiva, estas dietas milagrosas que
tienen como único objetivo el engaño y que pretenden embaucarnos, no sólo conllevarán
el desarrollo de efectos negativos para el organismo sino que no obtendremos
los resultados deseados.
En nuestras manos está el rehuir esta clase
de dietas que suponen un riesgo para nuestra salud y bienestar, y antes de
tomar la decisión someternos a dieta debemos estar seguros de ponernos en manos
expertas. De esta manera garantizaremos lograr disminuir de peso de un modo
fiable y evitar ganancias futuras indeseadas.
Asimismo, debemos realizar un cambio sobre
nuestra mentalidad alejando el termino negativo y monótono de al que solemos
asociar el concepto “dieta” por el de estilo de vida saludable con los que
fomentar nuestra calidad de vida y aprender hábitos de nutricionales favorables
con los que obtener los resultados deseados y verlos reflejados en nuestra
imagen corporal.
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